Hoy recuerdo la muerte de la cantautora Cecilia, en accidente de tráfico. Al igual que con Nino Bravo se fue una gran voz, una gran cantautora y una gran mujer.
Hay quienes piensan que nos aferramos al pasado, que nuestra “memoria histórica” está sesgada en función de vivir en un lado u otro. En un bando u otro. Y yo solo recuerdo las canciones de Cecilia como de tantos otros.
Ya la letra de su canción Un Millón de Muertos…Un millón de sueños… ¡Cuánta tumba ya no hay tierra…! Y si oímos Mi Querida España creo que nos damos cuenta que las heridas siguen abiertas.
¿Alguna vez podremos reflexionar? Reflexionar sobre nuestra posición en el mundo, acomodados por el consumo, el individualismo; la corrupción, la injusticia…Nuestro país ha tirado al garete una convivencia forjada en ese millón de muertos, de sombras, de sueños que no vieron nunca lo construido… A lo mejor hemos construido sobre terreno pantanoso y hemos olvidado que debajo de la pringue está o sigue estando las diferencias que nos siguen separando más que uniendo.
Olvidar las llagas, las lágrimas es imposible. Las estamos reproduciendo como si volviéramos a una cámara de 8 mm…Lástima de todos aquellos que lucharon y que luchan por conseguir una verdadera democracia.
Aun creo que estamos en condiciones de darnos cuenta a lo que nos están conduciendo.
Y voy a volver a escuchar las canciones de Luis Eduardo Aute y la propia Cecilia e intentar buscar dentro de mí, aquello que me define como humano y que esté fuera de los límites de lo vulgar, obsceno y pantanoso.
Yo no soy de este planeta, eso canta y canta una y otra vez Aute, y yo me lo creo porque quizás no nos queda otra, que intentar no ser como la inmensa mayoría….
Creer que la belleza no se rinde al poder.
Por favor, dejemos que las flores canten sin ser censuradas, que el ser humano tenga libertad de expresar, de vivir conforme a sus convicciones…Las sociedades avanzan en función de sus libertades, no de sus censuras.
Dejemos la palabra y la paz. En todos los rincones del planeta. Estoy segura que allá donde estés querida Cecilia, estarías de nuevo cantando de nuevo a esta España nuestra que sigue teniendo heridas, y censura a pesar de los 40 años en color que hemos creido vivir.
Yo como poeta, como persona que cree que las diferencias son reconciliables solo pienso en ti y en tantos otros que estuvieron en esa España gris que intentaron sacar de su propio ostracismo.
Pido la paz y la palabra
Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
“silencio”,
“sombra”, “vacíos”,
etc.
Digo
“del hombre y su justicia”,
“océano pacífico”,
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